Acción social

Proyecto Integral de Mujer (PIM) – Cáritas Parroquial de San Pedro de Alcántara en Badajoz

El objetivo marcado por este proyecto es el desarrollo integral de las mujeres y la promoción de la comunidad. Un proyecto compuesto por 50 mujeres, 5 hombres y 10 voluntarios en el que toda la comunidad se ve beneficiada.

Desde hace varios años, en la barriada de Suerte de Saavedra, en Badajoz, lleva funcionando el Proyecto Integral de Mujer (PIM), coordinado por la Cáritas Parroquial de San Pedro de Alcántara y apoyado por Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz.

El objetivo marcado por este proyecto es el desarrollo integral de las mujeres y la promoción de la comunidad en este barrio. Un proyecto compuesto por 50 mujeres, 5 hombres y 10 voluntarios en el que toda la comunidad se ve beneficiada.

Para conocer mejor este proyecto, sus participantes y voluntarios nos cuentan en qué consiste

TESTIMONIOS DE MUJERES PARTICIPANTES EN EL PROYECTO

CARMEN SILVESTRE

Soy Carmen Silvestre, pertenezco al grupo del Proyecto P.I.M, en la barriada de Suerte de Saavedra en Badajoz y me gustaría contaros qué está aportando este proyecto a mí, a mis compañeras y a la comunidad.

Con respecto al barrio he aprendido a respetar a mis vecinos y colaborar dando ejemplo de respeto al barrio: limpieza y mantenimiento y también hablando bien de todos sin prejuicios.

Con mi familia, a pesar de las duras circunstancias en la que nos encontramos, vamos paso a paso, saliendo adelante, con esfuerzo y orgullo.

En cuanto a mi persona, todo ha sido muy positivo. He dado tiempo a mi formación adelantando mucho en las clases de informática. Además, tratamos temas variados e interesantes que me ayudan a despertar y ver mis derechos y deberes con la comunidad. En mi seguimiento con el psicólogo he descubierto mi falta de autoestima y cómo superar mis miedos.

Siento que a veces el barrio no es consciente de lo que nos  aportan estas ayudas. Me gustaría que aprovechásemos más estas oportunidades, como es el trabajo que realizan los voluntarios del Proyecto.

Solo tengo palabras de agradecimiento.

M.J. H,LL

Hola a todos, yo voy a clases de cultura, de hogar, informática, psicólogo y formación general.

Yo personalmente he vivido las clases con entusiasmos y agradecimiento a las profesores en una convivencia  sana,  aprendiendo a respetar a las demás, ser positivas y preocuparme del barrio para que se hable siempre desde el respeto. También a socializarme con todas. Aquí somos una familia. Una familia que recibe y da.

Agradezco mucho esta oportunidad que nos regalan. Gracias.

ISABEL TRENADO

A mí el proyecto P.I.M. me ha  aportado conocimiento en las clases de cultura, psicología, clases de informática, hogar (artesanía) y las charlas formativas.

También he aprendido a valorarme y quererme más en las clases de psicología. Ha sido una forma de desconectar de las tareas cotidianas y preocupaciones familiares y personales. Me ha cambiado mi autoestima.

Gracias a todos. 

LOREN FERNÁNDEZ NOGALES

Mi nombre es Loren. Tengo 62 años. Hace año y medio que asisto a los talleres del P.I.M en la parroquia de San Pedro de Alcántara: taller de Informática, cultura, costura –artesanía, formación y psicología.

En un momento de mi vida emocionalmente difícil me ha ayudado mucho, donde he podido compartir mis experiencias. El trabajo de este proyecto de la parroquia es muy bueno y totalmente necesario. Agradezco mucho la paciencia, cercanía e interés de los voluntarios.

Gracias.

TESTIMONIOS DE VOLUNTARIOS EN EL PROYECTO

EUSEBIO

(Voluntario)

El PIM es un lugar de convergencia de dos caminos que se ayudan y complementan.

Es un lugar de encuentro en el que por una parte, participan personas que no tuvieron tiempo para formarse, por múltiples y variadas causas, y por otra parte, personas, que voluntariamente sienten la necesidad de compartir y de ayudar.

ROSA

(Voluntaria)

Yo sigo encontrando la oportunidad de conocer personas con vivencias que me enriquecen como ser humano, y me hacen sentirme útil. Les estoy muy agradecidas a las personas que lo hacen posible.

Este año, al ser una situación tan diferente, espero que nos aporte otro tipo de experiencias pero que no pase en balde.

MERCHE

(Voluntaria)

Me llamo Merche y hace un tiempo que el Señor, a través de la dirección del PIM, me invitó a compartir Vida, y tanto como Él me ha regalado, con un grupo de mujeres y hombres que tienen dificultades para leer y escribir y, en definitiva, para acceder a la cultura y desenvolverse en la vida de manera independiente y resolutiva, sin que nadie se aproveche de sus carencias.

Somos un grupito de ocho personas, cada una con su situación y sus características particulares, y cada una con un nivel muy diferente en lo referente a la lectoescritura. Mi experiencia como maestra especialista en Pedagogía Terapéutica me ha ayudado a intentar atender los diferentes niveles que se presentan dentro del aula, no sin dificultad. Con el paso de los días, me di cuenta de la importancia que tiene para ellos compartir su vida, sus problemas, sus dificultades… ¡Qué necesario es, en la sociedad en la que nos desenvolvemos, saber escuchar a las personas… y cuánta necesidad hay de ello! La expresión oral es uno de los bloques de contenidos de Lengua, por lo que aprovechamos siempre los primeros minutos de clase para compartir lo que hemos vivido durante la semana: situaciones, experiencias, emociones… Esto ha ido generando un clima muy interesante de confianza, suscitando espacios de comunicación que han ido creando vínculos fuertes entre nosotros. Estas ocasiones se aprovechan para enseñarlos a debatir sin elevar el tono de voz, siendo tolerantes con las opiniones de los demás, escuchando activamente, respetando el turno de palabra… Son muchas las competencias que se pueden trabajar en una conversación y que les van a ser muy útiles en su vida cotidiana.

En cuanto a la lectura, elegimos textos que sean significativos para ellos, como aspectos relativos a la ciudad de Badajoz, leyendas de Extremadura, noticias de periódico de su barrio, parábolas que transmitan valores, textos cortos de Ciencias Sociales y Naturales (que les permitan abrir su mente a realidades que desconocen) y baterías de fichas en las que se incluyen etiquetas de alimentos, facturas de teléfono, billetes de tren, propaganda de centros comerciales o tiendas de electrodomésticos, carteleras de cine, páginas amarillas, prospectos de medicamentos, recetas de cocina… elementos todos que les van a servir para desenvolverse en la vida de forma autónoma y eficiente.

NATALIO

(Psicólogo voluntario)

Cuando decidí ser voluntario, hace muchos años, lo hice con el deseo de ayudar, poder devolver lo que recibí de instituciones y muchas personas, en el momento oportuno, para llegar a ser lo que soy como profesional y como persona. Ha sido una experiencia de aprendizaje compartido: todos aprendemos de todos en un ambiente de confianza y seguridad afectiva. Sólo es necesario escuchar con atención y dedicación.

La realidad de mi experiencia en el PIM es que, paradójicamente, he recibido, de las mujeres, más de lo que yo les he aportado y ofrecido. Y me pegunto: ¿Cómo ha sido posible que haya cambiado tanto a mi edad, para bien? Es la constatación de la eficacia del aprendizaje continuo, permanente.

Nuestra misión es facilitar que afloren las capacidades y habilidades que hasta ahora estaban adormiladas en las mujeres, esperando que alguien llamara para despertarlas. Yo las habré despertado en ellas pero, gracias a ellas, en mi han salido a la superficie otras de las que yo no era consciente. Educar significa sacar el corazón de las mujeres de una situación presente, de penuria y falta de esperanza, para llevarlo más allá, hacia su futuro como personas y como miembros de una comunidad. Quiero más aprender que enseñar. A mí, me place más oír al Maestro que ser oído como maestro (S. Agustín).

En este sentido, durante estos 10 años, las he visto crecer, como personas y como mujeres: seguras de sí mismas, confiadas, dispuestas y listas para aprender cosas nuevas, trabajo en equipo, autoestima… Muy generosas y agradecidas. Muchas gracias por ayudarme, me dicen…, y solamente las he escuchado compasivamente. No demandan, ni esperan consejos, sólo ser escuchadas con empatía.

En un curso marcado por el coronavirus, sólo un mensaje: La mejor forma de ayudar a los demás (compasión) es cuidarnos a nosotros mismos (autocompasión). Cuidar de nosotros mismos es amarnos, acogernos, reconocer nuestra vulnerabilidad, saberse perdonar y desarrollar la habilidad para pasar página y aprender de nuestros errores y debilidades. El cuidado es todo, pues sin él, ninguno de nosotros existiría. Quien cuida ama, quien ama cuida. Cuidémonos los unos a los otros. Paradoja en la situación actual: para cuidar a los demás debemos evitar interactuar con ellos de manera directa.