Plan Estratégico 2020-2025 de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz
Nuestra Cáritas, Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz, desde hace unos años está cambiando mucho, cambiando para hacer aún mejor lo que ya hacía y hace bien. Hemos mejorado nuestra manera de trabajar intentando estar atentos a lo que los últimos y nuestras comunidades necesitaban y esperaban de nosotros. Esto ha obligado a un esfuerzo enorme de todos porque, en muchos casos, suponía una carga de trabajo extra a la ya soportada por nuestros voluntarios y trabajadores. Este trabajo nos ha llevado a revisar cómo nos organizamos, cómo animamos a nuestras comunidades, cómo respondemos a importantes demandas en nuestra sociedad como la falta de empleo y vivienda, cómo nos relacionamos y cuidamos a nuestros socios y donantes, cómo hacemos pública la voz de Cáritas y sensibilizamos a nuestros vecinos.
Ha merecido la pena todo lo realizado y el compromiso de todos ha hecho posible que seamos una Cáritas distinta. Sin embargo, para construir realmente una Cáritas Diocesana de todos y estable en el tiempo necesitamos compartir una misma visión: ¿qué Cáritas queremos para los próximos años?
Desde el equipo directivo teníamos claro que, una vez realizados los cambios necesarios para funcionar mejor, era preciso consolidar una Cáritas asumida por todos. De esta manera, nuestra Cáritas tendría claro qué y cómo trabajar, aunque cambien las personas, y sabría hacerlo de una manera mucho más participativa, nuestra asignatura pendiente.
Para ello, el Consejo de Cáritas Diocesana aprobó iniciar un proceso participativo en toda la diócesis que nos llevó a realizar el Plan Estratégico que adjuntamos. Este proceso movió a muchas personas para construir entre todos la visión de nuestra Cáritas en los próximos años, años en los que la Iglesia y nuestra sociedad seguirán en proceso de cambio. Necesitamos estar atentos y adelantarnos a las preguntas del futuro, respondiendo a las preguntas de hoy.
Agradezco su compromiso a todas las personas que han intervenido en este proceso: consejeros, sacerdotes, coordinadores de Cáritas Parroquiales, trabajadores, personas externas cercanas a nosotros e incluso, personas no ligadas a Cáritas que nos han aportado cómo nos ven desde fuera. Sobre todo, quiero agradecer el compromiso y el esfuerzo de las personas que han formado parte del equipo motor. Han sido los guías en todo este proceso, trabajando con independencia, ilusión y esperanza.
Animo a la lectura pausada del plan. No es un recetario ni un corsé. Es un mapa que traza las principales líneas en las que queremos desarrollar nuestro trabajo futuro y que ya están empezando a seguirse. Espero que seamos capaces así de cumplir aún mejor en los próximos años nuestra misión: hacer presente el Evangelio en nuestro mundo y ser señal del Amor de Dios.